"Para ser un tipo de profesor basta, tal vez, aferrarse al guion que nos indica cómo hacerlo ¿Pero qué pasa cuando la "realidad" nos pide algo que no está previsto en ese guion? ¿Cómo se recorre ese camino?" FLACSO -Gestión Educativa
Profesora: Lic. Ana M. Sánchez
Esto produce una cierta incomodidad, y ante la perplejidad de la escena (Caos?)...¿como continuar “siendo docente”; digo… “ser docente”: dentro de
lo prescriptivo de los diseños curriculares que anuncian contenidos a dar con
cierta formalidad que amerita seguir los mismos. Observando algunas frases que los alumnos pegan
en las paredes del aula, llama la atención una en particular, se fotografía para pensarla y definir el cómo continuar con estos grupos que habitan en ese
mismo espacio.
La comparto:
Claro mensaje de parte de los pibes! Me pareció significativo. Entramos en diálogo entonces sobre qué cosas les interesaban y pudieran a su vez relacionarse con el Arte. ¿Si todo aquello que fuera Arte estaba solo dentro de una carpeta y en la escuela? Donde más se podría ser creativo a través de expresiones artísticas? Saliendo del rol docente tradicional y esquemático conversamos sobre sí el maquillaje artístico, el arte tribal, el producir texturas visuales en uñas era Arte? Llegamos a pensarlo entre todos que sí había creatividad artística en estos soportes no convencionales. Este debate dentro del grupo da el impulso de la fuerza que implica salir del canon tradicional docente, para seguir siéndolo y pensar de qué manera adecuar lo informal a lo formal….tratando de afirmar que los diferentes tipos de línea, el color, el contraste, el equilibrio compositivo, las formas orgánicas/inorgánicas (contenidos específicos): estaban presentes en entornos cotidianos de los chicos ¿por qué no entonces utilizar para la producción otros soportes. Como: la piel, las uñas, además del papel.
La realidad de los jóvenes, sus interpelaciones provoca salirse del guion establecido en
la formalidad de los diseños curriculares, recorrer ese camino no es fácil pero
no imposible, hay una fuerza interior que impulsa, una pulsión que lleva a
salise de lo formal, y andar el mismo camino desde otro lugar (P. Meurieu), seguramente más
provocador para justificarlo ante los directivos, pero a la vez dinámico,
motivador y que despierte la creatividad artística de los jóvenes. Se conversa en dirección, planteando que sí se darán los contenidos de la especificidad,
solo que esta vez en soportes no convencionales. Aceptan los directivos.. y los jóvenes encantados e interesados en la
propuesta, traen todos los materiales que les permitan llevar a cabo sus
creaciones artísticas, y se queda uno perplejo del potencial que había allí!
Ellos orgullosos de sus producciones y uno por momentos dudando de la condición “docente”, para nada convencional pero sí
logrando que los contenidos se aprendan de otra manera….desde un espacio
contextualizado en las vivencias e intereses de los chicos.
Reconocer la
fuerza que impulsa a abandonar el guión….surgen dudas, tampoco ahora se tiene certezas, pero al menos una invitación a pensar en si salir
del guion implica abandonar la condición docente o se sigue siéndolo desde otro
lugar? Quizá menos estructurado? El
camino a recorrer para correrse del guion será entonces sentir primero una
fuerza interior? Que lo provoque?
Aquí los resultados de la experiencia llevada a cabo en el parte del 2ª y 3ªtrimestre 2013
¿"Correrse del guión"? -ARTE - Video Maker
Vale la pena plantearse desafíos para descubrir potencialidades, ya que se "descubre" solo aquello que se desconoce, de lo contrario no hay "descubrimiento". Felicitaciones a los chicos por sus producciones, por su entusiasmo y motivación!!
-Ensayo- Realizado para posgrado de Gestión Educativa- FLACSO
INTRODUCCIÓN
¿”Encuentro” producido por una capacidad de
afectación?
“La
subjetivación no tiene que ver exactamente con la persona, sino con la
producción individual o colectiva, de formas vitales de habitar un mundo, una
situación, un tiempo” S. Duschatzky [1]
Donde está la escuela…más allá de la escuela.
Pensar en la existencia de una escuela que en lugar
de afirmar imposibilidades de “hacer”, nos permita percibir que coexisten con
estas: condiciones potentes que harán posible una existencia (tal vez menos
tradicional).
Una escuela transformadora del “deber ser” en
“deseo”, que permita despertar otros sentidos carentes de certezas.
Donde se produzcan situaciones provocadoras en el
imaginario de una escuela tradicional.
Una invitación a redibujar, resignificar situaciones
creativas en el devenir de las temporalidades que en esta acontece; un Arte
que, como toda condición artística se pone en movimiento a partir del
pensamiento.
¿De una afectación que derive en “creación”?[2]. Creación como derivación de la producción de deseo puesto en movimiento.
"Entrecomillo "creación" porque me interesa resaltar esta palabra, ya que sin deseo no es posible la creación, la interpreto como la culminación de algo que previamente se gesta en el deseo de manifestar, construir, expresar…considero que es también previa la percepción. Si tuviera que secuenciarlo diría: percibir, desear, imaginar y al final del recorrido la “creación” producto de un pensamiento puesto en acción (movimiento)"
Parece no existir recetas dadas ni a dar, solo navegar en el pensamiento ignorante y la escucha; estar atentos a la alteridad que provoca, violenta, perturba e interpela. Dejar que fluyan ideas de cómo transformar lo que se percibe como imposible en potencia. ¿Sin dudas? ¿Sin temor a errar?
Un convite a correr el riesgo que implica el descubrir que hay allí que no pudimos percibir antes.
Un convite a correr el riesgo que implica el descubrir que hay allí que no pudimos percibir antes.
DESARROLLO
¿Qué inconsistencias habitan el aula del relato?
En oposición a creatividad, deseo, participación, potencias escondidas:
¿La crisis de un habitar disciplinado, una autoridad ausente en las reglas de
juego?
Se respiraba en ese habitar institucional y áulico, espacios
destinados a “modelar sujetos” con sanciones, que intentan
solo docilizar, aquietando subjetividades perturbadoras.
La percepción de lo “no escolar” traducido en inercia, apatía,
indiferencia: afecta, interpela y
perturba; ¿cómo leerlo? En el
intentar despojarse de prejuicios, dejarse llevar en el devenir,
escuchando lo que tienen para decir los pibes: parece estar la punta del
ovillo.
Algo acontece en la forma de percibir o de vivir el mundo…atravesando
fronteras convencionales. Pintar en otros soportes como rostro, uñas, en ¡el
propio cuerpo! Pasar de la indiferencia a la entrega total de cuerpos (hasta
ese momento inertes) para la creación.
Atributos menospreciados en el habitar de la escuela, que sin embargo
“extra muros” adquieren un valor considerado y hasta jerarquizado, por los
mismos actores que los menosprecian. Curioso y contradictorio contraste entre
escuela y sociedad; cultura escolar/cultura social desfragmentadas entre sí.[3]
Para sorpresa la propuesta permite
disciplinarse (en otro sentido) por sí misma. Desde otro lugar, de otro modo:
Ordena! Organiza! Produce! (ingredientes para “crear”), poner en acción el
pensamiento para luego poner el propio cuerpo entregado a la creación.
“…el
impulso de la fuerza que implica salir del canon tradicional docente, para
continuar siéndolo…”[4]
Ante la
incomodidad que provoca la interpelación de los pibes, aceptar el desafío,
correr riesgos, salirse del guion, produce sin duda incertidumbre e inseguridad
en nuestra identidad “formada” y “normada” como docentes tradicionales.
“…hay una fuerza
interior que impulsa, una pulsión que me lleva a salirme de lo formal…”[5]
En el devenir: “una perplejidad” que conmueve,
moviliza y estimula la percepción de lo desconocido hasta aquel momento por el
docente… ¿se conoce?
Sin duda:
queda aún más por “descubrir”, de aquello que no conocemos y está latente en
toda dinámica grupal.
LA ESCUELA
como una “usina de producción” donde “la autoridad” se encuentra regulada y
resignificada, como posibilidad de “autorizarse” el movimiento, la acción, la
intervención en y con la otredad.[6]
Se
pregunta Clara Cardinal [7]
¿cuál es el valor educativo de esta experiencia? Esta pregunta de la autora,
invita a formularse otras sobre la experiencia: ¿qué tanto hay en común entre
las producciones realizadas en el aula con la exterioridad de la escuela? Y
¿qué tanto hay de esa exterioridad dentro de la escuela? Parecieran dos mundos
ajenos, con diferentes ritmos, intereses, dinámicas y valorizaciones. En lo
acontecido se perdió la noción de tiempo, dado que se auto reguló, o ¿regló?
En sus
propias reglas de juego[8],
nada pareció tener una ¡temporalidad finita!
La creación no tiene límites temporales que anestesien el pensamiento del artista, “deriva Dionisíaca” arrastrada por “deseo” y no por “el deber ser”.
La creación no tiene límites temporales que anestesien el pensamiento del artista, “deriva Dionisíaca” arrastrada por “deseo” y no por “el deber ser”.
CONCLUSIÓN
¿Se trata entonces de un maestro “errante”?
“Es un maestro
porque su posición docente ya no existe
en el nivel de profesor, el que sabe algo y lo transmite a quien no lo sabe, es
errante porque anda a tientas, porque ensaya, y yerra, porque no conoce
exactamente lo que está buscando, pero sí intuye que por la vía de la posición
docente clásica, esa que ha sido corriente en la escuela moderna, poco y nada
puede surgir de parte de quienes van a la escuela” Pablo
Rodríguez [9]
¿Es posible salir de la pereza que no conduce a
indagar lo posible?
Dudas, incertidumbres, temores, incomodidades y
tensiones en la ignorancia de los aconteceres, percepciones y pulsiones que
movilizan fuerzas, que, al sentirse afectadas producen movimiento, acción/experiencia
en el “hacer”.
Son los otros modos de hacer, los que producen afirmación y deseo de “estar”, tal
vez no siempre sea así.
Vale la pena sin embargo andar a tientas
ensayando y equivocándose en el no
conocer con certeza qué se busca, para así poder “descubrir”.
Si sabemos lo que buscamos no hay “descubrimiento”. De todas formas,
la presencia de lo “no escolar” está y estará
representada como “caos”, esta puede ser tomada como padecimiento o como
una diferencia activa, abriendo otros “modos de encuentro”.
Aunque se corra riesgos en la búsqueda, esta implica movimiento, y este
movimiento implica no quedar atrapado en lo estático ante la perplejidad de los
aconteceres, en ocasiones perturbadores. El movimiento es cambio, transformación,
transcurrir, creación y vida, lo estático carece de vida; es como si la vida se
detuviera en el tiempo, un principio, un fin (lo errante también es finito,
pero no se sabe cuándo).
Seduce entonces la idea de que mientras hay vida habrá movimiento, y este impulsa a la acción a partir del deseo.
[2] - Donde está la
escuela…más allá de la escuela-Diálogo entre María Marta Larramendy, Alejandro Papadópulos, del Equipo directivo del Colegio Integral Nuevos Ayres, Silvia Duschatzky y Elina Aguirre
[3]-Idem
[4] -Ana M. Sánchez- Flacso- Gestión Educativa
[5] -Ana M. Sánchez- Flacso- Gestión Educativa
[6] S. Duschatzky- Síntesis Módulo 3- De la pregunta por
la escuela a la pregunta por la experiencia educativa-
[9]Pablo Rodríguez- Gestión Educativa-FLACSO-La errancia:
sobre un modo experimental de gestión.
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